La Fura dels Baus: una peregrinatio (por y) desde los sentidos

Por Fco-Javier Alvear (desde Barcelona)
Sorprendente, provocador, espectacular… siempre serán algunos de los innumerables apelativos que, desde siempre, podemos colgarle a los innumerables productos de esta imprescindible compañía catalana. En efecto, La Fura dels Baus nos viene maravillando desde su aparición en la escena europea hace ya largos 36 años; y esta vez correspondió a la presentación del workshop Sobre memoria, que supuso la presentación en sociedad d’Épica, una iniciativa furera en donde, básicamente, se articula un aprendizaje multidisciplinar con el saber del arte, la ciencia y la tecnología en pos de nuevas formas interactivas con el público.
Los workshops –señala La Fura- se presentan, precisamente, como territorios para la experimentación, el traspaso de conocimientos y la aplicación de la tecnología en diferentes ámbitos, fuera de su hábitat habitual y frecuente (universidades y centros de investigación) entregados en un entorno más social.
El workshop Sobre memoria fue presentado este domingo 17 de julio en el Parque de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona, ubicado en el sorprendente Distrito 22@ de la ciudad condal -no podía ser en otro espacio más adecuado-. Una impresionante muestra de “videncia” urbanística (algo no menor en un país que ha sido brutalmente presa de las peores aberraciones urbanísticas y de una burbuja inmobiliaria sin precedentes en la zona UE), que transformó más de doscientas hectáreas de un suelo industrial del decandente sector obrero-industrial de Poblenou en un distrito innovador con espacios modernos para la “concentración estratégica de actividades intensivas en conocimiento”.
Una iniciativa que constituye, por lo demás, un potente proyecto de renovación urbana y un nuevo modelo de ciudad que pretende dar respuesta a los retos de la sociedad del conocimiento; por lo que se constituye en “el proyecto de transformación urbanística más importante de la ciudad de Barcelona en los últimos años y uno de los más ambiciosos de Europa de estas características”(http://www.22barcelona.com).
Pues bien, la cita furera comenzó a las 9 en punto de una calurosa y, sobre todo, húmeda noche barcelonesa, con invitación –electrónica. No podía ser de otro modo- cerrada y confirmación previamente, en la cual se recomendaba, muy especialmente, bajar en nuestros respectivos smartphone el app Kalliope, mediante el cual nos serían transmitidos a la postre una serie de mensajes imprescindibles para el seguimiento de la experiencia.
El ingreso al recinto del evento (multidisciplinar) se dispuso en grupos de 20 personas, quienes se encontraban con una sorprende –¿cómo no?- exposición del proyecto arquitectónico que unos profesionales de la Universidad de Luzerna, Suiza, destinaron, en un seminario de carrera, a imaginar cómo sería virtualmente el centro de operaciones de La Fura dels Baus anclado en el mismísimo Puerto de Barcelona; el que de llegar (utópicamente) a convertirse en realidad se transformaría, con toda certeza, en el primer centro performativo de Europa y del mundo. Y, ¡vaya qué centro!
Luego, la deriva furera continúo -juntando dos grupos- con una exquisita y atmosférica cita auditiva. Un par de investigadores musicales de la Universidad de Berkeley, desarrolló una sorprende experiencia transformando nuestros móviles –previa conexión a un link- en un coro griego que hacía el correlato a los versos profanos del poeta Constatino Cavafis cantados al estilo griego por uno de estos investigadores…
La segunda estación de esta peregrinatio senso-perceptiva fue el ingreso a un ámplio espacio en donde -dispuesto el público de a dos en dos- se invitaba a los observadores-participantes –guiados por sus respectivas parejas y poniéndose previamente unas caleidoscópicas gafas- a encontrarse/observarse con uno mismo. Un soliloquio que, de resultar efectivo (no fue mi caso), debías brindarte un gran abrazo (Creo, seriamente, que fui, si no el único, uno de los pocos que no logró verse, pese a mi acercamiento al dispositivo cámara que hacía evidentemente posible la auto-observación. Cuestión que, por lo demás, advertí rápidamente. Quizá por lo mismo no lo logré).
La tercera y cuarta estación de esta peregrinatio (por y) desde los sentidos correspondieron, primero a una parte del espectáculo en sí y, luego, a una especie de dinámica hiperpartivo-participativa –siempre siguiendo las instrucciones aparecidas en los smartphone y la app Kalliope-, al estilo de estas manidas dinámicas en donde se induce al espectador-participante a tomar contacto con objetos, dibujar en la pared y poder gritar, saltar, etc… Algo que, en verdad, sentí que me sobró un poco respecto de toda la experiencia estética. La puesta en escena -minimalista- muy al estilo furero con espacios maquinales y apocalípticos, con dos grandes telones tras el cual, a contra luz, unos actores semidesnudos, sin más, desarrollan un performance escénica –sin intervención de público- que simbolizaba grosso modo -en mi nivel lectura- el nacimiento, la lucha fratricidio-cainita y la muerte: nacemos, nos peleamos y, luego, nos matamos; como parece ser la constante de la historia de nuestra especie desde el momento en que nos fagocitamos hasta el exterminio a nuestros compañeros de ruta evolutiva, los sorprendentes y enigmáticos neanthertales.
Finalmente, el punto climáxico se correspondió con el epílogo del espectáculo, cuya mejor de las síntesis posibles es una discoteca tecno-temática de protesta por la “eco-tombe” medioambital que vivimos… en donde buena parte de los participantes, dando rienda suelta a sus variadas pasiones e instintos bailó, cantó y gritó a sus anchas: catarsis.
De tal modo que, salimos deleitados a tope en el goce estético y a mil de sensaciones e intuiciones que, por lo demás, inhiben cualquier juicio más cognitivo o que vaya más allá de la emocionalidad más intuitiva… Pero sí, claro está, con la certeza de haber sido testigos (invitados) participantes y privilegiados de uno de los tantos notables experimentos desarrollados por una compañía mítica e imprescindible de la escena mundial, que de no existir habría que haberla inventado. Nuestras infinitas y fureras gracias a todos quienes hacen posible La Fura dels Baus.
* Fco-Javier Alvear, es Ph.D in Communication and Media Studies, University Professor, Consultant/research/management in communication, Media Editor, Chronicler and professional Actor graduate in the University of Chile.
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