
Allende mi abuelo Allende y su cuidada dramaturgia (socio)audiovisual
Por Mario Lagomarsino Barrientos. Una obra que destaca por su cuidada dramaturgia (socio) audiovisual.
Por Mario Lagomarsino Barrientos (desde Santiago de Chile)
Termina septiembre, mes de lucha en Chile[1], y a casi un mes de su estreno revisé las web de los cines con su cartelera. Solo se exhibe en el centro de la ciudad, en los clásicos cines Arte Normadie y Alameda, y en un cine de un sector socioeconómico alto, La Reina. No es curioso que haya durado tanto en estos cines, el nivel educacional del público es más alto, duran más tiempo películas de mayor calidad. A veces juegan a pérdidas, pero mantienen la bandera en alto igual que los teatros, aunque el público sea poco, la obra se hace o la película se exhibe.
Semanas antes de ver este documental de Marcia Tambutti Allende, cuando se exhibía también en cines de sectores populares, escuché un breve comentario radial, unas pocas frases: que había sido premiada en el festival de Cannes, que era importante verla, que el público aplaudía y otros detalles. En rigor, y en resumen, el locutor dijo que ‘valía la pena verla’, pero esa expresión no me gusta, no fue un esfuerzo ni una pena, fue grato.
Evidentemente el público del cine fue allendista, desde jóvenes a viejos, que llenamos más de la mitad de la sala. A un mes de su estreno es importante tener esas cantidades de público. Creo que durante la hora y media de documental se logró un diálogo con y entre nosotros, el público, que reconocíamos algunos episodios y lugares desde el inicio. Nos sorprendimos con el equilibrio que presenta su cuidada dramaturgia audiovisual, fotos familiares, con fotos y películas de las campañas senatoriales y presidenciales; y con breves películas lúdicas con Allende jugando disfrazado, un niño, un papá, un abuelo; pero un abuelo que es con la abuela protagonista en esta dramaturgia, que llevó la familia en esta historia de vida. Hortensia Bussi, aparece como la otra hebra de la trenza familiar, pero destacada como fortaleza invencible de los secretos.
Seguramente, en la edición se recortaron muchas cosas de la historia familiar y política, que se podrían adivinar, con algunos momentos de las distintas formas de resistencia para hablar de las fuertes y endurecidas mujeres de la familia. Por supuesto destaca un hilo central: la dulce persistencia de la entrevistadora para lograrlo.
Como otros, hablando bajito, también le comenté a Virginia –mi mujer- que estuve ahí, en la última parte del discurso en el segundo piso de la FECH[2], frente a la Biblioteca Nacional la noche del 4 de septiembre de 1970; escuchamos otros comentarios que se cuchicheaban, sin molestar, de otros asistentes, sobre eventos de la historia de esos tres años del gobierno de la Unidad Popular.
Hubo risas con varias secuencias, hasta comentamos bajito del cahuín de los adversarios políticos sobre el yate del “burgués Allende”, que por fin vimos: no era mucho más que un bonito y pequeño bote con una vela, con Allende, solo, navegando por la costa de Algarrobo.
Las imágenes de lo reconocible siempre nos hace partícipes, también mostraron el funeral de Estado de 1990, cuando estuvimos, sintiendo como pueblo, en las calles de Santiago mirando pasar la carroza a gran velocidad en medio de cientos de miles con las consignas y banderas. El cineasta Miguel Littín[3] denuncia -estos días- que el cuerpo de Allende fue cambiado por otro a medio camino entre Viña del Mar y Santiago. [4] Más cosas para el mito.
La estrategia dramatúrgica, también, se encarga de las oscilaciones pendulares entre los triunfos públicos y las tragedias que afectan a la familia Allende, varios de ellos conectados como hitos del pueblo movilizado por una nueva sociedad. En esta perspectiva sentimos una especial delicadeza en la manera de preguntar, en la selección de los diálogos, fotos y películas que nos mantuvo enganchados todo el tiempo. Creo que si hubiese habido un temblor (de hasta 6 grados o un poco más) no nos habríamos movido del asiento[5]. Al menos nosotros lo habríamos considerado una buena señal de la Tierra con la obra.
Creo que la búsqueda de la documentalista, de un sentido para su propio plan de vida, en la vida de su abuelo y su familia, ofrece algunas respuestas y más preguntas con las cosas que apenas quedan asomadas de la omisión y el silencio de los secretos de la familia Allende. Sería ingenuo pensar que serán destapados.
Pero, también, creemos que lo logrado le hizo bien a la nieta documentalista criada en el exilio y a su familia -ahora especie de clan multicultural- porque hizo una especie de constelación familiar para sanar(se). Tal vez sin proponérselo, también hizo algo muy importante en ese sentido para el pueblo allendista, con un trabajo cariñoso y respetuoso sobre su abuelo y familia, que el público de la sala premiamos con un aplauso sereno y satisfecho. Casi todos nos quedamos hasta ver el último crédito y la última foto.
Sentimos que Salvador Allende sigue ganando batallas.
Notas
[1] Septiembre, siempre mes de lucha para las generaciones populares y organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, desde 1973, con días claves en la semana entre 4 y el 11. Después vienen las Fiestas Patrias de la Independencia, desde el 17 al 20 y todo vuelve a la normalidad aparente, que oculta la lucha de clases.
[2] FECH, Federación de Estudiantes de Chile.
[3] Su película Allende en su Laberinto se exhibió en marzo en los cines, que es otro mes de lucha desde hace 30 años. Mes del día internacional de la mujer, del día del joven combatiente, en conmemoración del asesinato de los hermanos Vergara Toledo y de la conmemoración del asesinato de Nattino, Guerrero y Parada. Mes en que los estudiantes y profesores inician el año académico y las movilizaciones, porque la educación de Pinochet aún es vigente. Movilizaciones marcadas por el sello de las ruidosas, multicolores y alegres murgas, comparsas, bailes folklóricos, el humor y el drama político caracterizadas con acciones de arte caminantes y varias estaciones de teatro callejero durante las marchas. Son tiempos de reformas, tensadas entre las exigencias de superación del modelo neoliberal desde las escuelas, las universidades, las calles y el Congreso Nacional -aquí, principalmente por la acción de los diputados más jóvenes, ex líderes estudiantiles de la rebelión del 2011- versus la resistencia de los defensores del modelo desde instituciones, asociaciones y organizaciones, por medio de los funcionarios y empleados del poder económico, político, religioso, comunicacional. Esto sucede simultáneamente al otro campo de batalla de este frente ideológico fundamental, el ciberespacio y las redes sociales.
[4] Hasta hoy solo ha confrontado al denunciante, la vocera oficial de la familia, Isabel Allende, y no quienes eran responsables de Estado del traslado y funeral, que Miguel Littín menciona. Respuesta de la senadora Isabel Allende, presidenta del PSCH e hija del extinto mandatario respecto de las revelaciones de Littín.
[5] Este año tuvimos un invitado telúrico, el día 16, cuando estaban a punto de inaugurar las principales fondas y ramadas. A las 19:54 se produjo el terremoto 8,4 y posterior tsunami de la región de Coquimbo y regiones vecinas. En Santiago lo sentimos fuerte, junto con sus réplicas hasta hoy. Pero las fiestas populares y comerciales se hicieron igual, pese a los daños y las muertes de algunas personas. La reacción de contención, organización y recuperación ha sido bastante rápida comparada con anteriores sismos.
*Mario Mario Lagomarsino Barrientos, es sociólogo