
Figuras del teatro chileno: Amaya Clunes, la gran diseñadora de clásicos inolvidables
Por Remberto Latorre (desde Santiago de Chile). A la diseñadora teatral Amaya Clunes la conocí en 1958, al ingresar como estudiante a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile. Pertenecía a una sala Taller de Primer Año paralelo al que ocupaba yo. Nos veíamos circunstancialmente al cruzarnos en los pasillos. Pronto decidió retirarse y no supe más de ella hasta 1960, cuando la vi en las afueras del Teatro Antonio Varas con un grupo de actrices que participaban en la puesta en escena de la obra “La Casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, que estaba por estrenarse. Al año siguiente ingresé a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, para seguir la carrera de Diseño Teatral, en la que Amaya cursaba el Segundo Año, y ya participaba como ayudante de diseñadores del entonces de
Por Remberto Latorre* (desde Santiago de Chile)
A la diseñadora teatral Amaya Clunes la conocí en 1958, al ingresar como estudiante a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile. Pertenecía a una sala Taller de Primer Año paralelo al que ocupaba yo. Nos veíamos circunstancialmente al cruzarnos en los pasillos. Pronto decidió retirarse y no supe más de ella hasta 1960, cuando la vi en las afueras del Teatro Antonio Varas con un grupo de actrices que participaban en la puesta en escena de la obra La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, que estaba por estrenarse.
Al año siguiente ingresé a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, para seguir la carrera de Diseño Teatral, en la que Amaya cursaba el Segundo Año, y ya participaba como ayudante de diseñadores del entonces denominado Instituto del Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH). Como los dos únicos alumnos que íbamos quedando en los años siguientes, fuimos amigos y comentábamos nuestros proyectos.
De reciente egreso, en el año 1963, a Amaya le correspondió diseñar el difícil y numeroso vestuario de la obra El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht, histórica y exitosa producción en la que, a mi vez, me correspondió ser ayudante de escenografía. Éramos inseparables. Su triunfo personal le significó que se la designara como escenógrafa y vestuarista de la producción siguiente del teatro universitario; Los invasores, obra chilena, de Egon Wolff, con características expresionistas. Fue un nuevo triunfo para Amaya (yo a cargo de la iluminación). De ahí en adelante su carrera de creadora escénica fue imparable.
Lo que llamaba la atención en ella, era su extraordinaria capacidad de trabajo durante los procesos de montaje de las obras. Incansable. Así fue como llegó a realizar la monumental escenografía de Romeo y Julieta en 1964, con motivo de la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento de William Shakespeare (1564-1616) También a cargo del vestuario. Me invitó a colaborar en la realización de la utilería.
Pasó luego a ser profesora en la Escuela de Teatro. Realiza en Chile variados trabajos creativos, hasta exiliarse -a partir de 1973- en Europa y, posteriormente a Canadá, en donde reside hasta la actualidad.
Estimado Remberto, como te lo prometí continuaré mi envió de fotos y textos. En esta imagen estoy con Virginia Herman, ella a cargo del vestuario; Pedro Mortheiru, director, y Vicente Santa María, actor protagonista, en el estreno de La muerte de un vendedor. Yo realicé la escenografía de Óscar Navarro, que era una copia de la producción americana; pinté las telas de fondo y la escenografía en el antiguo Teatro Municipal de Concepción….
Me acuerdo. Pedro Mortheiru habló muy bien de ti, y de tu trabajo. También supe que te había tocado recrear la escenografía de Óscar Navarro, a su vez, recreación del estreno neoyorkino.
Etapa chilena
Amaya nace en Santiago de Chile, en 1940. Bachiller en Matemáticas, en 1957. Luego de iniciar estudios de Arquitectura en la Universidad de Chile, sigue la carrera de Diseño Teatral, de la misma Universidad, de 1959 a 1962, año de su egreso. En 1960 es secretaria de dirección en la puesta en escena de “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, en producción del Instituto del Teatro de la Universidad de Chile.
Entre sus trabajos más significativos como creadora, maestra y ejecutiva, cabe destacar, en su período chileno de residencia:
En 1961 es ayudante de diseño y realización de vestuario para la obra O’Higgins de Fernando Debesa.
En 1962 es ayudante de escenografía en la producción de Ánimas de día claro de Alejandro Sieveking, en la misma institución. Del mismo año es su escenografía para La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca, puesta en escena de la agrupación teatral del Estadio Español de Santiago. Diseña la escenografía y vestuario de Arturo y el Ángel de Jaime Silva, presentación del grupo teatral de la Municipalidad de Ñuñoa.
En 1963 diseña la escenografía y vestuario para El retablillo de don Cristóbal de Federico García Lorca; lo mismo en la producción de Los papeleros de Isidora Aguirre, en puesta en escena del Sindicato de Actores.
Para el Instituto del Teatro de la Universidad de Chile diseña, en 1963, el difícil y numeroso vestuario de la obra El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht, una de las propuestas más célebres en la historia de la institución.
En 1964 diseña la escenografía y vestuario para Don Juan de Molière. Lo mismo para la obra chilena decimonónica El Tribunal del Honor de Daniel Caldera, en presentación del Teatro El Caleuche, de Concepción, en teatro carpa en una plaza santiaguina.
En el mismo año tiene su estreno más destacado, al asumir la escenografía y vestuario de Romeo y Julieta, obra con que se conmemora el cuarto centenario del nacimiento de Shakespeare; especialmente traducida para el ITUCH por Pablo Neruda.
También realiza los diseños para Cascanueces, que estrena el Ballet Nacional de la Universidad de Chile.Asume el cargo de vestuarista en el Canal 9 de Televisión, de la Universidad de Chile.
En 1965 pasa a ser profesora en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Viaja a Concepción, invitada por el Teatro Universitario de la ciudad, para dirigir la realización de la escenografía correspondiente a la obra La muerte de un vendedor de Arthur Miller.
En 1966 diseña las escenografías y vestuarios del filme ABC del amor de producción chileno-brasileña-argentina.
En 1968 es becada por la Embajada de Chile y Eotvos Larand de Budapest. Es invitada por el Consejo Británico, y también por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Checoslovaquia.
Diseña en vestuario de Las tres hermanas de Anton Chéjov, para el Teatro de la Universidad de Concepción. En el extranjero va continúa desarrollando su creatividad con la misma voluntad e intensidad con que lo hiciera en Chile, en donde su aporte es inolvidable, especialmente en lo que realiza para el ITUCH: El círculo de Tiza Caucasiano, Los Invasores y Romeo y Julieta.
*Remberto Latorre es escenógrafo, diseñador teatral, dramaturgo y profesor titular (jubilado) de Diseño Teatral del Departamento de Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile