La huella feliz que deja Oscar “Cuervo” Castro
Por Eduardo Carrasco (desde Santiago de Chile). Recuerdo perfectamente el día en que Oscar Castro llegó a Paris en enero de 1977. Nosotros estábamos viviendo uno de los momentos estelares de nuestra carrera artística en Francia, las actuaciones en el Teatro de la Ville, y lo invitamos a conversar con nosotros. Justamente en un café en la esquina del teatro se produjo el reencuentro. Venía saliendo de Chacabuco, después de haber pasado por varios campos de concentración de la dictadura.