
La docencia teatral en tiempos de pandemia
Por Claudio Barbas (desde Santiago de Chile). Cuando recibí la invitación a participar como docente de la 4ª versión de «El Jardín de las Delicias», proyecto de la Universidad del Bío Bío, a través de su Facultad de Educación y Humanidades, Departamento de Artes y Letras, dos emociones sentí en el instante. Por un lado, una gran alegría pues de algún modo mi labor como docente de comedia del arte por más de veinte años estaba siendo reconocida por los organizadores, pero también un gran temor ya que la invitación era para dictar las clases de manera online, cosa que hasta ese momento no había realizado nunca en ninguna otra instancia.
Por *Claudio Barbas (desde Santiago de Chile)
Realizada en la 4ª versión de El Jardín de las Delicias
Invitación a impartir docencia en tiempos de pandemia
Cuando recibí la invitación a participar como docente de la 4ª versión de El Jardín de las Delicias, proyecto de la Universidad del Bío-Bío, a través de su Facultad de Educación y Humanidades, Departamento de Artes y Letras, dos emociones sentí en el instante. Por un lado, una gran alegría pues de algún modo mi labor como docente de Comedia del Arte por más de veinte años estaba siendo reconocida por los organizadores, pero también un gran temor ya que la invitación era para dictar las clases de manera online, cosa que hasta ese momento no había realizado nunca en ninguna otra instancia.
Mi experiencia como profesor del género teatral antes mencionado siempre fue de forma presencial, en diferentes centros educativos teatrales en Chile y también fuera de nuestro país, por lo que me ha dado una experticia para abordar la docencia ayudado por mi investigación práctica realizada desde el año 1998. Sin embargo, en esta oportunidad el desafío era aún mayor, pues debía de traspasar lo que realizó normalmente en la presencialidad, de forma online, a través de una cámara que sería el único medio de contacto con los alumnos y, además, dependiendo de una red de internet que no siempre funciona en óptimas condiciones como se requiere.
Así, me llevó unos cuantos días reflexionar, pensar, imaginar, proyectar si sería capaz de afrontar esta labor que me encomendaban y sería fructífero el traspaso de los contenidos en esta modalidad, considerando que gran parte de ellos son movimientos y posturas físicas, las cuales enseño y los alumnos por medio de la observación e imitación van poco a poco internalizando, con las correcciones que voy dando a medida que van pasando las sesiones.
Por tal razón no fue fácil decidir a aceptar la invitación, pues también, meses anteriores, durante el segundo semestre del año 2020 y en plena pandemia, tuve la oportunidad de realizar una charla sobre la comedia del arte y mi experiencia como investigador y ejecutante de esta, en un seminario de teatro chileno en verso y décima, impulsado por los mismos organizadores que me hicieron la invitación a esta versión del proyecto El Jardín de las Delicias.
En una sesión de aproximadamente una hora y media, y en forma online, realicé esta charla para alumnos de pedagogía de algunas carreras humanistas de la universidad, y lo que me llamó bastante la atención fue que casi nadie de los alumnos participantes estuvo con la cámara encendida durante la charla, incluso cuando llegamos a la parte donde se abría la posibilidad para realizar preguntas o comentarios de lo tratado, algunos estudiantes hicieron sus preguntas también con la cámara apagada. Esto me llamó la atención, pero no fue un obstáculo para realizar la charla como tampoco para responderles a los estudiantes las dudas o interrogantes que surgieron ya al final de esta.
Pero, sin duda, lo anteriormente mencionado sucedido en aquella charla, se me vino nuevamente a la cabeza al proyectar e imaginar como serían las sesiones del taller a realizar en esta ocasión, el cual es noventa por ciento práctico donde necesitaría ver a los alumnos participantes, a través de la cámara, para poder corregir los diversos movimientos y posturas físicas de cada personaje del género teatral a enseñar, y si ellos las mantendrían apagadas sería imposible realizar el feed back necesario para ir progresando de sesión en sesión.Todo esto me daba más inseguridad de aceptar la invitación, pero percibí también el gran desafío que me tocaría enfrentar y el aprendizaje que pudiese obtener si conseguía lograr los objetivos del taller y con esto salir airoso de esta experiencia.
Finalmente, y a casi una semana desde que me llegó la invitación, y aún con algunos resquemores y dudas, acepté el desafío de ser parte del cuerpo docente de la 4ª versión, proponiendo el taller Introducción a la comedia del arte.
Inscripción y desarrollo del taller
Luego de un período de difusión e inscripción a los diferentes talleres propuestos para esta versión, al taller que impartí se inscribieron nueve estudiantes, que consideré un buen número para afrontar las diferentes sesiones on line que se desarrollarían durante el período de clases proyectadas. En el caso de mi taller, se programó para los lunes y jueves de 18:30 a 19:50 hrs, para realizar las doce sesiones previstas para este.
Llegó el primer día del taller, y mi ansiedad previa era alta por saber cuántos estudiantes de los nueve se conectarían, y cuántos de ellos con la cámara encendida, aunque para la primera sesión no sería un gran problema tener la cámara apagada pues sería teórica, pero el resto de las sesiones todas ellas prácticas, sería un gran inconveniente para el buen desarrollo del taller.
Así, llegó la hora de comenzar, y luego de unos minutos del inicio de la sesión, tres estudiantes se conectaron, de los cuales dos de ellos estuvieron todo el tiempo con la cámara encendida, y uno con la cámara apagada hasta que terminó la sesión.
En las siguientes sesiones, se dio esa misma tónica, los mismos dos estudiantes siempre participaron con la cámara encendida, y uno o dos entraban con la cámara apagada siendo estos rotativos, no siempre los mismos. Así, a poco andar de las sesiones, percibí claramente que aquellos que entraban con la cámara apagada querían indagar escondidamente las sesiones para ver lo que realizábamos en ellas, y también saber si era de su interés o no los contenidos vistos en el taller.
Sin embargo, los dos estudiantes que siempre entraron con cámara encendida (María Carolina Figueroa y Marcos Navarro), realizaban los ejercicios prácticos y yo los podía corregir y dar instrucciones para ir mejorando e internalizando corporalmente los gestos y movimientos de cada personaje que trabajamos por sesión. Al llegar a la mitad de las sesiones programadas, se unió la alumna de postgrado de la universidad, Evelyn Zagal, quien también siempre con la cámara encendida, rápidamente se adaptó a las sesiones y llegó hasta el final del taller.
Luego de ver todos los movimientos de los cuatro tipos de personajes de la comedia del arte (Zanni, Enamorados, Viejos y Capitana), pasamos a leer entre los cuatro integrantes finales del taller, (los tres alumnos y yo) algunos guiones (canovaccios) clásicos de este género teatral para obtener inspiración para decidir la muestra final. Nos decidimos montar algunas escenas de un canovaccio leído, ya que cada uno de ellos podría hacer un personaje diferente, los cuales serían Colombina, Isabella y Flavio.
Comenzó la etapa final de preparar estas escenas para el montaje final, pero llegamos a la décimo segunda sesión, y última del taller y aún no estábamos listos por lo que decidimos seguir con las sesiones agregando cuatro más para poder internalizar aún más y preparar una mejor muestra. Paralelamente fuimos trabajando en los vestuarios, los cuales, con mis indicaciones, cada alumno iba proponiendo elementos que íbamos probando y viendo su utilidad. Lo mismo con el maquillaje, vimos fotos y ejemplos de actores y actrices de comedia del arte y de ahí obtuvimos las bases para realizar el maquillaje de cada actor para su personaje. Por último, decidimos no hacer en vivo el día de la muestra nuestra presentación, sino grabarla y así poder editarla con la ayuda de Edén Rodríguez quien se encargó de esa misión.
La muestra final se denominó La Boda de Flaminia, que contó con el siguiente reparto:
Colombina: María Carolina Figueroa
Isabella: Evelyn Zagal
Flavio: Marcos Navarro
Pantalone (Voz en off): Claudio Barbas
Reflexiones de los alumnos del taller
A continuación, paso a entregar algunas reflexiones de los alumnos luego de haber finalizado el taller:
María Carolina Figueroa: Este taller ha significado para mi ver el teatro como una expresión artística que puedo incorporar en la escuela por sí sola, como una forma de que los niños puedan expresar sus emociones, ideas, creatividad y también de divertirse. Creo que lo puedo integrar con Lenguaje, para que los niños y niñas vayan conociendo con un interés diferente las obras literarias dramáticas, aquellas obras clásicas y también motivar su interés por la escritura, por la creación de textos que sirvan como un libreto para una potencial obra de teatro. Creo que el hecho de que sea comedia también aporta mucho a distender el clima en el aula, a acercarse desde el juego y el goce al arte tanto literario como escénico.
Para mí este taller fue una experiencia de mucho disfrute, el profesor siempre recalcó que lo viéramos como si fuera un juego, lo de hacer un personaje, sin temor a equivocarse, a exagerar, etc. Lo más difícil para mí es improvisar, sobre todo en cuanto a diálogo, no tanto así con los movimientos. También fue difícil algunas acrobacias como saltos de personajes que deben verse muy livianos, por falta de condición física, pero practicando creo que eso se puede mejorar mucho.
La parte más entretenida fue la puesta en práctica de lo aprendido en la representación final que hicimos, bueno, aún estamos en proceso, pero me ha gustado todo, el texto, el maquillarse, elegir e inventar un vestuario, ir personalizando un poco el libreto y el personaje y la actuación propiamente tal.
Marcos Navarro: Durante el taller tuve una experiencia de aprendizaje bien completa, se nos brindó información histórica, de origen, de la comedia del arte, analizando cada uno de los personajes fundamentales; sus movimientos, estereotipos, vestimentas, máscaras, etc. Cómo estos personajes siguen vigentes hasta el día de hoy en la comedia, cómo identificar sus rasgos característicos y cómo estos representan “Caretas o máscaras” que también están presente en la vida real y cotidiana. Aprendí desde la práctica, desde la ejecución, desde el trabajo físico y gestual; diversas técnicas a utilizar en el teatro, formas de moverse en escenario de personajes de la comedia del arte, Zannis, Dottore, Pantalone y Enamorados
También se debe reconocer que la vasta experiencia del profesor Claudio eran notorias y el clima de aprendizaje que lograba generar, ya que se presentaba primeramente como dificultad el impartir una disciplina de este tipo de manera virtual, con todos los pormenores que surgen desde los horarios, tiempos, conexiones, dispositivos, etc. Sin embargo, cada sesión estuvo centrada en el aprendizaje, con compañeras que también respondían a este trabajo práctico y de colaboración; todo esto favorecía el logro de aquellas cosas que presentaban mayor dificultad, el acompañarnos en la vergüenza y pudor, en los aprendizajes que pudieran generar un mayor desafío.
Evelyn Zagal: El recorrido que emprendí junto a mis compañeros/as en el magnífico mundo de la Comedia del Arte, fue muy significativo, tanto en el aspecto personal como profesional. Me sumergí, en el conocimiento de las artes escénicas, en el que clase a clase de forma muy metódica, se nos fueron entregando las herramientas necesarias para conocer la Comedia del Arte con todas sus características y particularidades.
Especialmente, se debe mencionar a los personajes que conocimos y representamos, quienes son los que le dan vida a dicho género (Zannis, Viejos, Enamorados, Capitano). Fue muy relevante darme cuenta de que es un género bastante cotidiano, tanto en el cine, la televisión, caricaturas animadas, etc.. Vale decir, convivimos en nuestro diario vivir con la Comedia del Arte y hasta ahora lo puedo reconocer, luego de realizar el taller.
Además, se debe considerar que es un género que se ha desarrollado, generación tras generación y que por medio de sus actores y actrices le dan vida a personajes “tipos” en donde se mezclan elementos del teatro renacentista, con tradiciones carnavalescas, recursos mímicos y habilidades acrobáticas en el que el amor y la posición social son los grandes temas que se representan en las obras y siempre con un carácter jocoso que invita al observador a sentirse parte de la obra con situaciones de la vida cotidiana, pero representadas exacerbadamente.
Conocer y ser parte del taller ha sido una experiencia enriquecedora, logró despertar en mí una afición que desconocía y que me permitió comunicar y expresar emociones que muchas veces las ocultamos y mantenemos olvidadas, tras la rutina de nuestro diario vivir.
Lograr preparar una obra junto al profesor y llevar a la práctica todo lo aprendido durante el tiempo que estuve en el taller, hizo que me reconectara conmigo, olvidar las exigencias de la vida diaria para en unos minutos, liberar, explorar y reconocer la vehemencia adrenalínica de lo que implica presentar una obra. Cabe mencionar que, a pesar de realizar el taller, debido a las condiciones sanitarias de forma on-line, puedo señalar que lo valoré y atesoré de la misma forma como si lo hubiese realizado presencial, por cuanto, con mis compañeros/as y profesor logramos conectarnos más allá de lo presencial, sino conectarnos espiritualmente y a pesar de las distancias de unos y otros nos encontrábamos unidos, creando y haciendo arte en un mismo espacio, el espacio que nos brindó el taller.
Espero, luego de terminar el taller continuar con el camino emprendido y conocer más sobre la comedia del arte, ya que, si bien el profesor entregó todas las herramientas y conocimientos necesarios, para mí se transformó en un espacio de exploración y que requiere más aprendizaje, los que espero poder seguir desarrollando. De esta manera, decir que algo no se ha logrado, es complejo, a pesar de que me integré más tarde al taller, el profesor y compañeros/as me brindaron un espacio acogedor que me permitió ponerme al día rápidamente, pero como señalé, es necesario continuar el camino, practicar e impregnarse del mundo extraordinario que es la Comedia del Arte.
Consideraciones finales
Una vez terminado todo el proceso de esta versión de El Jardín de las Delicias, y viendo el resultado final de la muestra donde se comprueba que aunque no fue presencial el taller, sino en modalidad, fue posible traspasar los contenidos a través de la pantalla y esto yo creo que se debió a algunos motivos particulares. Primero, los tres estudiantes que llegaron hasta el final eran personas mayores de veinticinco años, no eran tan jóvenes, por lo que eso hizo que tuvieran una madurez para escoger e interesarse por un taller y cumplir con todo lo solicitado, cosa que los otros integrantes que se inscribieron y que algunos de ellos asistieron a algunas sesiones esporádicamente, no poseían.
Otro aspecto es que el no tener pudor y mantener siempre las cámaras encendidas hizo que se generará el feed back necesario en una instancia educativa de artes escénicas, cosa que es fundamental para ir logrando y alcanzando los objetivos planeados.
Un tercer aspecto fue la confianza, buen clima y colaboración que se dio entre el profesor y los estudiantes. Esto hizo que los contenidos se fueran traspasando y los estudiantes aprehendiendo con mucha seguridad. Y un último aspecto a destacar fue la apertura que tenían los estudiantes a conocer este género teatral. A probar, a equivocarse, a volver a probar, a volver a equivocarse y eso iba dando luces para donde se quería llegar.
Finalmente, el resultado final del taller no fue tan diferente al que realizo de forma presencial. Lo único que no se pudo trabajar es el uso de las medias máscaras, que es tan primordial en la comedia del arte, pero al ser un elemento físico de propiedad del docente, sólo fueron mostradas a medidas que se iban viendo los diferentes personajes-tipos y dando algunas consideraciones de su forma y principales características. Pero sin duda, la sensación final que me dejó esta primera experiencia de docencia online en la enseñanza de la Comedia del Arte es absolutamente satisfactoria, tanto del proceso como del resultado de la muestra final.
Creo que superó mis expectativas y esto también por la suerte de haber contados con estos tres estudiantes, que pusieron y dieron todo de ellos para que terminásemos todos contentos y felices por el resultado obtenido y con ganas de una segunda oportunidad para seguir profundizando y conociendo este género teatral, quizás en un futuro cercano de forma presencial.
*Claudio Barbas, es licenciado en música y actor titulado en la Universidad Católica de Chile, profesor de Comedia del Arte y director de Teatro Pequeño Clan (Chile).