UPA chalupa 2013

Preguntas de un payaso

Por Andrés del Bosque. Cuando hablamos de payaso o de clown hacemos alusión a un mismo origen. Bufón, juglar o trickster son divertidores públicos que tienen una fuente común…

Por Andrés del Bosque (desde España)

Cuando hablamos de payaso o de clown hacemos alusión a un mismo origen. Bufón, juglar o trickster son divertidores públicos que tienen una fuente común. Antes de la cosmogonía, y del afán clasificatorio, que da origen al planeta de los clowns, existían los maestros del caos. Uno de estos últimos es Dionisos, venido del oriente y que en el teatro occidental, enseñaba el trance, la metamorfosis y la catarsis. El rey Penteo y su fiesta monárquica, según cuenta Eurípides, intentó sofocarlo en nombre de la razón de Atenea y de las ensoñaciones de Apolo, y el rey terminó con su cabeza cortada por las manos de su propia madre Ágave.

Es mejor no confundirse; la nariz roja no le viene al clown de ser un artista de circo viejo y con cirrosis, mas bien le viene de ser el descendiente directo de Baco-Dionisos, dios de la vendimia que enseña del éxtasis al tener fulminadas las entrañas por el vino sagrado.

De esta cohorte de borrachos divinos con Sileno a la cabeza es que procede directamente nuestro clown y no del sargento de caballería Mr. Philip Ashley en el siglo XVIII y sus mozos de escuadra limpia cacas. Su origen no es militar y ecuestre, es campesino y caprino. La estirpe divina de los payasos sagrados esta viva en el Kollon mapuche, en el Kusyllo aymara, en los Capacoba de México, entre los Hopis, Los zuni, los indios Pueblo, las payasas de Rotuma, los Mateo y los Hotxua en Brasil, los Pelequeiros y los Cigarrons en España, en las danzas del esqueleto tibetanas, y en la gran cofradía de los divertidores públicos, bromistas y profesionales de la risa y la santa broma.

La Academia platónica del teatro ha dejado en la calle al payaso Dionisos, olvidando sus enseñanzas en un razonado aburrimiento y los encuentros de clowns dan la espalda a los asuntos de la polis, haciendo la muy renacentista Oda a la estulticia y acomodándose para no recibir el legítimo legado del dios del teatro:

¿Qué se enseña en la Academia de teatro si se renuncia a Dionisos?

¿A qué se reúnen los payasos si no es para poner el mundo patas arriba a través del trance, la metamorfosis y la catársis cómica?

Granatula de Calatrava, noviembre de 2015

*Andrés del Bosque es actor, director y dramaturgo (chileno-hispano), licenciado en dirección teatral, máster y doctor (c) en artes escénicas con su tesis “En busca de la risa perdida. Aportaciones del clown a la teatralidad” por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

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